martes, 1 de marzo de 2011

Personaje 2: Fritz Houtermans


Hoy quería dedicar una entrada a un físico no demasiado conocido, pero con una vida que ejemplificaría a la perfección aquel dicho de que la realidad supera a la ficción; su nombre es Friedrich 'Fritz' Houtermans, y hoy se cumplen 45 años de su muerte.

Fritz Houtermans nació el 22 de enero de 1903 cerca de Danzig, entonces en Alemania pero una ciudad polaca en la actualidad. Su padre dirigía una rama regional bancaria, pero Fritz creció en Viena junto a su madre, que era medio judía. Pronto fue evidente su afición a la ciencia, pero también a meterse en líos: fue expulsado del instituto por leer el Manifiesto Comunista en un acto durante el primero de Mayo. Su madre, desesperada, llegó incluso a mandarle a la consulta de Freud, de la que fue también expulsado cuando el eminente psicoanalista descubrió que el joven Fritz estaba inventando los sueños que le relataba.

Pese a estos inconvenientes, la genialidad de Fritz le consiguió una plaza para hacer el doctorado en Göttingen, en aquella época considerada el centro mundial de las matemáticas. En cierto momento tuvo que interrumpir sus estudios por motivos económicos, y tuvo que ganarse la vida como guía turístico en Roma. Su curioso sentido del humor encajaba a la perfección con este trabajo, aunque finalmente terminaría provocando su despido. Fritz terminaría doctorándose en 1927 con una tesis sobre la fluorescencia resonante del mercurio, bajo la tutela de James Frank.

En 1928 conocería a Gamow, uno de los grandes físicos del siglo XX. Entre ellos se establecieron fuertes lazos de amistad, no siendo la razón menos importante que ambos compartieran una similar actitud bohemia ante la vida. Juntos desarrollarían la teoría de desintegración alpha mediante efecto túnel que había ideado Gamow. Posteriormente, Fritz usó estas ideas para explicar junto al británico Atkinson cómo las estrellas podrían utilizar la fusión nuclear como fuente de energía. Este trabajo fue aceptado en Z. Phys en Marzo de 1929, pero no así el título originalmente propuesto: "How can one cook Helium nuclei in a potential pot" (cómo puede uno cocinar núcleos de helio en una cazuela de potencial), que fue cambiado por uno más serio.

Tras la llegada de Hitler al poder en 1933, Fritz Houtermans se exilió a Inglaterra. Al ser sólo un cuarto de judío, podría esperar estar relativamente a salvo de las leyes raciales, pero sus simpatías comunistas eran bien conocidas, así que su mujer terminó convenciéndole para abandonar el país. Allí trabajó en investigación en un fabricante de instrumentos musicales, aunque encontró tiempo para seguir haciendo física.

Fritz no disfrutaba de su trabajo, y le disgustó su nuevo país. Despreciaba especialmente la gastronomía local, y solía bromear diciendo que los antiguos límites del Imperio Romano se podían reconocer por la forma de hacer las patatas, y que si símplemente se hacían cocidas con sal se encontraba uno claramente fuera de esos límites. Como consecuencia de esto y de sus ideales, y en contra del consejo de todo el mundo, aceptó un trabajo la Unión Soviética. Los problemas no tardaron en aparecer: a su llegada, la policía quería saber porqué en su maleta había siete ediciones de la Biblia.

En Kharkov conoció a Landau, y pasó unos años agradables preocupado sólo por la física. Sin embargo, en 1937 las purgas estalinistas empezaron a afectar a los científicos, y uno a uno, sus colegas fueron desapareciendo en las garras de la NKVD. Fritz fue detenido en Moscú cuando intentaba dejar el país, su mujer y dos hijos pudieron escapar gracias a su pasaporte alemán. Fritz fue interrogado por la NKVD durante 11 días sin descanso. Sólo cuando le amenazaron con arrestar a su mujer y hacer desaparecer a sus hijos firmó una declaración en la que se autoinculpaba de espionaje para Alemania. Declaró que sus contactos allí eran dos generales llamados Scharnhost y Gneisenau, en reaidad... ¡dos personajes históricos de la época napoleónica!

Fritz permanecería encarcelado en Moscú, Kharkov y Kiev hasta Abril de 1940, cuando la Unión Soviética le entregó a sus ahora aliados alemanes. Allí fue interrogado por la Gestapo, teniendo el dudoso honor de ser de las pocas personas que pudo comparar entre los métodos de ambas organizaciones, algo que dejó escrito en su libro "La purga rusa y la extracción de confesiones". Fritz fue rescatado de un destino mucho peor sólo por la intervención de Von Laue, no sólo un gran físico sino también una persona de gran coraje, que se presentó en la cárcel exigiendo su liberación.

Durante los meses posteriores, Fritz trabajaría en uno de los programas nucleares alemanes, en concreto el dirigido por Von Ardenne con el dinero del servicio postal. Fue el primero en el campo alemán en notar la importancia del plutonio. Preocupado, consiguió en Diciembre de 1942 hacer llegar un mensaje al grupo de Fermi (viejo amigo y que había sido testigo de su boda) en Chicago en el que exhortaba a los americanos a avanzar en su programa, porque los alemanes estaban avanzando.

Su afición a fumar le costó su puesto con von Ardenne. El tabaco era escaso en Alemania a esas alturas de la guerra, así que para conseguirlo, decidió convencer a Abraham Esu, un alto cargo nazi, de que podría conseguir la obtención de agua pesada a partir de tabaco macedonio. Como su proyecto estaba clasificado como "kriegswichtig" (importante para la guerra) consiguió una gran cantidad. Tras fumárselo, solicitó más, pero eso consiguió llamar la atención de la Gestapo y ordenaron a von Ardenne que le despidiese. La intervención de von Laue y otros consiguió que no acabase en un campo, y Fritz encontró un nuevo trabajo en Göttingen.


Al finalizar la guerra, Fritz se trasladó a Berna, donde estudió la radiactividad natural en meteoritos y geología. Allí convirtió lo que era un espacio vacío en un exitoso centro para investigación en Física. Su espíritu rebelde no le abandonaría en estos últimos años de su vida, y su excéntrica personalidad "vienesa" y sus historias le granjearon la simpatía de sus estudiantes y colegas. El 1 de Marzo de 1966, Fritz Houtermans, el hombre que había sobrevivido a la NKVD y la Gestapo, sucumbiría finalmente a un cáncer de pulmon.

Fuentes:
Iosif B. Khriplovich, "The eventful life of Fritz Houtermans", Physics Today, July 1992, 29-37
Jeremy Bernstein, "Nuclear weapons", Cambridge University Press (2010), Chapter 10

Fotografías: ambas recogidas del artículo de Khriplovich. La primera es de Fritz en 1927 (originalmente donada por su hija Giovanna Houtermans Fjelstad), y la segunda de Fritz y su hija Giovanna en 1950 (originalmente propiedad de Ursula Riefenstahl)