jueves, 14 de abril de 2011

Pájaros que ligan... aumentando su cerebro


Cuando llega la época de cría, los machos de muchas especies desarrollan algún tipo de reclamo para atraer la atención de las hembras, o para competir por el derecho a recibir esa atención. Esas estructuras no tienen en muchos casos otros usos, gastan gran cantidad de recursos y son, por tanto, una desventaja competitiva para los animales que los desarrollan. Por tanto suelen ser desechadas tras la temporada de cría.

Así por ejemplo, los pavos reales desarrollan un abanico azul verdoso que pierde sus adornos en otoño. Similarmente, los ciervos machos desarrollan astas nuevas cada año, que pierden al final de la época de reproducción. Mucho menos conocido es que algunos animales hacen lo mismo con su cerebro.



El carricerín común es un pequeño pájaro insectívoro de la familia Sylvidae. Es un ave migratoria, que pasa los meses de verano en Europa y partes de Asia, para emigrar en invierno al África Subsahariana.

El carricerín común usa su canto para atraer a las hembras. El canto del macho es extraordinariamente complejo, compuesto de hasta 85 sílabas diferentes, emitidas en un orden muy poco repetitivo. La hembra elige normalmente al macho que exhibe una mayor complejidad (más sílabas, menos repeticiones). Como este factor está correlacionado con el tamaño de ciertas zonas del cerebro (e.g. el High Vocal cortex, HVc), la hembra está escogiendo efectivamente esos cerebros más desarrollados para el canto.


¿Cual es la ventaja de que las hembras seleccionen de este modo? Parece ser que al igual que un gran abanico nos dice algo sobre la salud del pavo real que lo despliega, un cerebro que puede invertir tantos recursos en sus áreas del canto es un indicador del éxito de su portador. Pájaros con cerebros menores y cantos más pobres es posible que estén malnutridos, haciendo de ellos una pareja poco atractiva.

Cuando el macho finalmente se aparea, deja de cantar, y no volverá a hacerlo mientras dure la cría. Al igual que ocurre con los adornos del pavo real y las astas de los ciervos, las estructuras cerebrales especializadas en el canto en el carricerín común dejan de ser mantenidas y se van deteriorando; para posteriormente ser renovadas en la sigueinte temporada.

Créditos de las fotos: Julian Dowse y Fernando Reyes Palencia

Bibliografía:

David C. Airey et al "Song, Sexual Selection, and a Song Control Nucleus
(HVc) in the Brains of European Sedge Warblers" Inc. J Neurobiol 44(2000): 1–6

S. Nowicki, W.A. Searcy & S. Peters "Brain development, song learning and mate choice in birds: a review and experimental test of the nutritional stress hypothesis" J Comp Physiol A (2002) 188: 1003–1014

-Esta entrada forma parte del III Carnaval de Biología-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que con los humanos la cosa va al revés...